June 08, 2007

El Escudo de la Fe

“Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno”. Efesios 6:16.

El soldado romano usaba dos tipos de escudo. El primero era uno pequeño, de aproximadamente 70 cm. De diámetro. Se usaba para la lucha cuerpo a cuerpo y tenía dos correas de cuero que le ayudaban a fijarse al brazo del soldado.
El segundo tipo, era un escudo grande, era usado para la batalla de lejanías para protegerse de las flechas y lanzas que arrojaba el enemigo. Este escudo era de aproximadamente 80 cm. De ancho por 1.20 metros de alto. Los soldados que tenían este tipo de escudo iban al frente en las batallas y hacían una especie de pared protectora para los demás que venían detrás.

Cuando pablo habla de un escudo en la armadura de Dios, se refiere a este segundo tipo de escudo, el grande. En esta época, las puntas de las flechas que se usaban en la guerra, eran sumergidas en brea; y antes de ser lanzadas se prendían con fuego, de tal manera que eran lanzados dardos de fuego a enemigo, y al impactar no sólo producía una herida sino que esparcía llamas ardientes produciendo quemaduras en los enemigos. Por lo tanto era muy importante tener un escudo grande y resistente.

Y cuando habla de este escudo lo llama el “escudo DE LA FE”.
Un hombre llamado JOHN PATON, que estaba traduciendo la Biblia para una tribu, tenía el problema que no podía expresar el concepto de la palabra FE de tal manera que los nativos lo entendieran. Un día cierto nativo que había corrido una gran distancia para llegar a casa de Paton, al entrar y poder sentarse sobre una silla exclamó: “que bueno que puedo dejar caer todo mi peso sobre esta silla…” entonces John Paton pensó, ¡eso es! diré que FE es dejar caer todo el peso de nuestro cuerpo sobre Dios, caer sobre él.La fe es lo que nos protegerá de los dardos del enemigo.
Cuando hablamos de Fe en este texto, no nos referimos a la fe básica de creer en el Señor como nuestro Salvador, sino a la FE que necesitamos para creer en las promesas del Señor. Por ejemplo, Satanás va a tratar de convencernos de que Dios no nos quiere, de que Dios no nos ha perdonado, etc. Y por eso necesitamos confiar en la Palabra del Señor a pesar de lo que el enemigo nos diga. El va a lanzar sus dardos de fuego a cada momento, pero nosotros debemos tomar el escudo de la fe y resistirle.
Dios los bendiga.

2 comments:

Anonymous said...

Hola jaime
Es marco laura queria saludarte ,espero que esten muy bien ya estoy en peru gracias aDios el senor es muy misericordioso con nosotros,estamos contentos con lo que el senor hara con nosotros cuidate mucho tu hermanao en cristo chao

Iglesia Cristiana Koinonia - Cañete said...

Hola Marco, que bueno que estés en Perú. Ya nos veremos.