Bueno algo así vamos a ver hoy en este pasaje: 2 Corintios 2:14- 3:6.
Dice el Señor que el nos ha salvado, nos ha limpiado del olor nauceabundo del pecado que había en nosotros por la esclavitud en la que estábamos; y nos ha impregnado del aroma de Cristo para que nosotros esparzamos por todo lugar ese olor.
Te a pasado que cuando estas en el bus, enbuído en tus pensamientos (o en tus sueños), de pronto sube una persona con un perfume muy agradable, ese aroma te hace volver la cabeza a buscar el origen de la fragancia? y es que una buena fragancia difícilmente pasa desapercibida. y eso es que lo que el Señor quiere que nosotros portemos, la fragancia irresistible de nuestro Señor Jesucristo. y ¿cómo funciona eso?
cuando la gente de pronto empieza a notar un cambio en tu vida, producto de la obra del Espiritu Santo en tu vida, empieza a preguntarse "¿que ha pasado con Jaime que ahora sí se puede hablar con el? Ya no anda ebrio todo el día". "¿Qué pasa que hace tiempo que no escuhamos a Juan decir sus grocerías?".....es un nuevo perfume en sus vidas, que hace que la gente lo note, es el aroma de Jesucristo. y este aroma de Cristo es para que lo puedan disfrutar nuestros hermanos creyentes o los que no lo son.
Honestamente hablando, en la iglesia no es dificil ser un perfume grato. Es más, nuestra iglesia es un jardin de rosas cuando los hermanos se juntan en armonia a tener koinonia unos con otros; PERO, cuando estamos en un ambiente NO creyente, cuando estamos en el tráfico de la calle, o en el trabajo con personas difíciles, lo que emana de nosotros no es exactamente un aroma agradable....por eso nuestra oración esta noche es: "Señor ayúdame a llevar la exquisita fragancia de nuestro Señor a todo lugar, sobretodo a la gente que no te conoce." y por supuesto sabemos que no estamos hablando de una fragancia en un frasco, sino que nuestra vida es esa fragancia.
continua....